LA CARAVANA DE CORREA, ¿TAN GRANDE COMO SUS MIEDOS O COMPLEJOS?

Por @Aliciadorada 

Hace como 2 semanas, vi parte de la caravana de Correa, detenida, en la Mariano Andrade y Villalengua. Estaba el vehículo plata que tiene la cámara fotográfica encima, en la una esquina, en la que funciona un centro médico:   se estacionó sobre la vereda y obstaculizó el paso de peatones y la salida de vehículos del centro de salud, sin ninguna consideración;  en la otra, una motocicleta sin placas y dos sujetos vestidos de civil, encapuchados y con cascos que tienen cámaras fotográficas en la parte superior. Al poco rato, llegaron en una camioneta, también sin placas y de vidrios ahumados, 3 sujetos, igual, vestidos de civil, (de pésima presencia, que si yo los veía en la acera, me cambiaba al otro lado) saludaron con los de la moto y dos se pararon en cada una de las 2 aceras, y el tercero lo hizo en el parterre, unos 20 metros más abajo y con la mirada hacia la América . Yo pensé que estaban esperando que pase Correa, que se habían adelantado. Pero siguieron pasando los minutos, y yo ya me tenía que ir (estaba en el parque del sector), ellos no se movieron. Al avanzar por la Mariano Andrade, encontré el resto de la caravana, haciendo guardia en las afueras de una casa, ocupaban toda la cuadra, con motos, más carros y más agentes…

Creo que muchos nos preguntamos:

-¿Es necesario tanto seguridad, parafernalia y derroche?

-¿De quién se cuida tanto?

-¿Por qué usa encapuchados vestidos de civil?

-¿Por qué es prohibido fotografiar, filmar, a su caravana y a él?

-¿Si es uno de los presidentes más populares del planeta, como él lo afirma, por qué a su paso no recibe muestras de cariño, y más bien son muchos los que en sus rostros no contienen el desagrado y los más valientes se lo han enseñado abiertamente, para luego ser perseguidos por los organismos estatales?

-¿La caravana que lo acompaña, es necesaria, o solamente desnuda sus complejos más profundos y escondidos?

Son muchas las interrogantes, que como ciudadanos tenemos el derecho de hacernos, no solo  por el dispendio de recursos públicos, sino también porque cada vez nos sentimos más vigilados y controlados por un gobierno que no duda en restregarnos en la cara que es él el todopoderoso, el ungido, el elegido.  Y que nosotros, pobres gusanos,  solo debemos agachar la cabeza, hacer una reverencia y callar ante el abuso y despliegue de fuerza, ostentación y torpeza.

El sector donde se hallaba la caravana de Correa, es una zona residencial, pero peligrosa. Es «normal» que no se pueda caminar con tranquilidad:  son muchos los vecinos que reportan asaltos a mano armada, incluso secuestros express al tomar taxis en los alrededores.

Yo misma fui asaltada, con pistola en mano, por un sujeto que al no sentirse satisfecho con lo que halló en mi cartera, se atrevió a rebuscarme en el cuerpo,  a pocos metros de ahí, en la Mañosca, al caminar un pequeño tramo para llegar a mi lugar de residencia.  Es más que obvio mencionar que los policías brillaron por su ausencia y que cuando por fin llegaron, se limitaron a mandarme a poner la denuncia.  ¿A dónde?  Ni ellos mismos sabían.  Así que yo, armada de paciencia (la única arma que tengo y que a ratos me falla), recorrí infinidad de oficinas públicas, hasta que por fin pude poner la famosa denuncia.  Le comenté, un día, a un taxista que me movilizó 2 cuadras en el sector, por mi temor a caminar y ser asaltada nuevamente, de mi percance y él me contó que es una banda que actúa en la zona, entre la Granda Centeno y la Rumipamba y que por lo general, aborda a personas solas.

Queda más que demostrado que mientras Correa tiene un cuerpo de seguridad de élite, ostentoso, petulante, amedrentador y represivo, los ciudadanos de a pie, nos vemos día a día enfrentados a múltiples peligros en las calles, y que la Policía, quien debe cuidar nuestra seguridad, mira indiferente y hasta molesta.

Fotografía, lugar de los hechos, Mariano Andrade y Villalengua

 

Deja un comentario