Por Alicia Galárraga
Peligrosamente se observa cómo discursos extremistas se apoderan de la sociedad. Ambos bandos dicen defender derechos. Ambos bandos dicen ser la víctima. Ambos bandos se sienten ofendidos. Esta polémica se ha visto exacerbada en los últimos días por un enfrentamiento entre dos grupos antagonistas. El uno, un grupo de la Iglesia Católica, liderado por un sacerdote, ha convocado a una marcha. Varias publicaciones dan cuenta que los argumentos para convocarla, se basan en falacias. Sin embargo, lo más preocupante, es el daño que se le hace a la sociedad con este enfrentamiento estéril, donde solo hay perdedores: los niños y la familia (como cada individuo, fruto de su libre albedrío, la conciba). Y entonces, si los niños y la familia son los afectados, a la final, la afectada es la sociedad, que es fraccionada, dividida, separada…en blanco y negro, en buenos y malos, en puros e impuros, en justos y pecadores, en curuchupas y libertinos. Justamente el mismo discurso totalitario del que se valió Correa para polarizar y crispar a la sociedad. Los resultados están a la vista y no son nada alentadores. Por lo que es infructuoso e innecesario seguir echando sal en las heridas. Urge, más que nunca, hacer un llamado a la tolerancia, a la cordura, al respeto a las diferencias y a la diversidad. Si seguimos aplicando la ley del ojo por ojo, terminaremos siendo parte de una sociedad tuerta.
Desde este punto de partida, me permito incluir en este espacio un escrito, que en estos momentos es valioso para hacernos recordar que las mujeres y los hombres no podemos tomar, cada uno, la posición de un cuadrilátero e ingresar a una pelea, donde solo resultarán perdedores. A continuación lo comparto en su totalidad y cito la fuente:
EL FEMINISMO Y LOS DERECHOS DE LOS HOMBRES
Hay una herida en el hombre, al igual que hay una herida en la mujer y no puede haber evolución social o espiritual que valga mientras todas estas heridas no hayan sanado.
Ayer vi un documental que se llama ‘The Red Pill’. Este es el trabajo de una documentalista feminista hacia el interior del Activismo por los Derechos de los Hombres o MRA por sus siglas en Inglés. El movimiento MRA básicamente reclama que el patriarcado y la opresión de la mujer es un mito construido por el feminismo y que son los hombres los que están realmente oprimidos. La prueba de esta opresión se centra en unos puntos muy concretos:
El hombre actual se encuentra en crisis. Esto es real. El hombre ha perdido todo referente de masculinidad. Alejándose de la hipermasculinidad o de la masculinidad tóxica se enfrenta a su femenino sin saber por dónde agarrarlo al tiempo que la mujer trata de reivindicar esa energía y regenerarla. Pero la tarea de entrar en contacto con la energía de lo femenino es tan ardua que en el camino podríamos estar olvidando qué tipo de masculinidades son las que tratamos de construir. Es importante también revisar qué es la feminidad tóxica porque para que la herida de la mujer pueda ser sanada es fundamental que nos enfrentemos a la propia sombra de lo femenino. Si algunas de ustedes han estado trabajando con la madre oscura saben perfectamente de qué les hablo.
Creo que para que las reivindicaciones sociales tengan un efecto duradero, debemos construir a partir de nuestras similitudes, reconociéndonos en nuestro dolor.
Yo como mujer feminista quiero hacer espacio para esa construcción, pero por el momento tal vez, sólo espacio porque hacer más podría ser castrador. A los hombres que quieran decir algo quiero prestarles un oído. A los que quieran llorar quiero prestarles un hombro. A los que quieran levantarse quiero prestarles la mano. A los que quieran comunicar quiero prestarles este espacio. Porque como dice allá arriba al inicio de este blog, este es un espacio para la reconstrucción… un sembradío.
Ahora, todos los datos que respaldan al MRA han sido recogidos en Estados Unidos. Yo quiero saber qué opinan los hombres Latinoamericanos. Quiero saber qué pasa con la masculinidad en nuestros países. Qué representa para ellos el feminismo. Cómo entienden ellos el machismo. A qué le temen. Cómo se sienten oprimidos en su condición de hombres, si es que así se sienten. Cuáles son los retos a los que se enfrentan en el proceso de construcción de nuevas masculinidades. Los invito a que me envíen sus comentarios a través de la página de Facebook para poder convertirlos en imágenes para un nuevo álbum. Construyamos un puente para que el futuro pueda comenzar en el medio.