NOS PASAMOS DE INGENUOS

El presidente de la República, Rafael Correa, una vez más hizo gala de su infinito cinismo y de su moral retorcida, esta vez para defender a un ex funcionario de su régimen, Alecksey Mosquera, quien se desempeñó entre 2007 y 2009 como ministro de Electricidad y quien supuestamente recibió, nada más y nada menos, que un millón de dólares de la empresa Odebrecht. https://www.youtube.com/watch?v=m1Ay2yKkkVI

Rafael Correa, en sus ya conocidas facetas de juez y fiscal, analizó el caso, concluyó que no hay delito, tal vez si acaso un “acuerdo entre privados” y absolvió a Mosquera. Así, tal cual ha venido funcionando la justicia en nuestro país, la palabra del presidente ha bastado para condenar a luchadores sociales y populares, a defensores de la naturaleza, a líderes indígenas, etc. o para ratificar el estado de “inocencia” de cualquier funcionario que haya sido involucrado en actos de corrupción de su Gobierno, excepto, claro, cuando ciertos casos se les han escapado de las manos y no les ha quedado más que aparentar que investigan y sancionan, pero advirtiendo con anticipación a ciertos amigos para que abandonen el país, antes de que se inicien los procesos judiciales en su contra. (Caso Capaya/PanamaPapers; Pedro Delgado/Gastón Duzac; entre otros).

No es la primera vez que Rafael Correa intenta tapar la podredumbre de su régimen con argumentos fatuos, ya sucedió con Pareja Yanuzzelli cuando señaló que había sido un hombre honesto “que sucumbió ante las empresas corruptoras”; o cuando dijo que su primo Pedro Delgado era el adalid de la lucha contra los banqueros corruptos y que por eso lo perseguían, para luego dejarlo ir al “matrimonio de su hijo” sin fecha de retorno y habiendo reconocido que cometió un delito. La realidad es que todo este círculo de corrupción que quedó en evidencia a través de la investigación de una red de periodistas a nivel mundial (ICISJ) -en el caso de los Panamá Papers y el escándalo internacional de Odebrecht-, respondía y responde a una sola cabeza: Rafael Correa, ni siquiera a Jorge Glas. Por ello es que busca de forma desesperada minimizar estos sucesos que se han convertido en los más emblemáticos (existen muchos más): compra tiempo, mueve todas sus fichas -fiscal general, contralor, jueces, etc., todo para amainar el golpe y llegar al final de su mandato sin que se lo vincule directamente.

Falta muy poco y él lo sabe. Para cuando la lista de Odebrecht se haga pública él muy probablemente ya no se encuentre en el país y ya nos advirtió que “hay gente mala que buscará vincularlo”.

Si los ecuatorianos aún nos creemos el cuento de que todos esos recursos desviados hacia la corrupción no son coimas, que no afectan el patrimonio del Estado, ni implican sobreprecios en las obras, no nos quitan el pan de la mesa y, sobre todo, que la cabeza del régimen es un angelito que nada tuvo que ver en todo esto, es que necesitamos un remezón muy grande, porque nos pasamos de ingenuos.

2 thoughts on “NOS PASAMOS DE INGENUOS

  1. Silvia Barragan Medina

    Este es el gobierno mas corrupto y cínico que ha existido. Disfrazado de legalidad y democracia, ha manipulado a una gran parte de los ecuatorianos con Correa «pico de oro» a la cabeza. Me da verguenza y dolor como ciudadana. No podemos abandonar nuestra Patria en manos de esta partida de mafiosos y delincuentes de «manos sucias» que en est decada perdida se han enriquecido a costa del pueblo ecuatoriano y que vienen por más.

Responder a Silvia Barragan MedinaCancelar respuesta