PARA MIS JEFES, MI ERROR FUE EMBARAZARME

A petición expresa de la denunciante, señora Viviana Vizueta, con documento de identificación número 2100096169, el equipo de Malcriadas, publica su denuncia:

PRIMER MOMENTO

Cuando ingresé a la Junta  Cantonal de Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia de Lago Agrio,  el 10 de marzo del año 2017, lo hice con muchas expectativas, ya que gané un concurso de merecimientos y oposición y además me trasladé desde la ciudad de Quito para desempeñarme en mi nuevo trabajo.  Sin embargo, desde el inicio tuve momentos de inflexión con la señora Gladis Becerra, también miembro de dicha Junta.  Es así, que en un inicio, las integrantes de la Junta la nombramos a ella como Coordinadora y en mayo de ese mismo año, la designación recayó en mi persona;  esta acción se le hizo conocer al señor Alcalde Abogado Vinicio Vega y en julio de ese mismo año, a partir de mi embarazo, se me informa en reunión que el señor Alcalde ha decidido que la nueva Coordinadora es la señora Gladis Becerra.  Las Juntas se organizan así mismas y por su autonomía, pueden elegir internamente quién es su Coordinador/a y demás elementos,  siendo arbitrario cuando un ente externo, en este caso el señor Alcalde de Lago Agrio, decide sobre las decisiones ya tomadas; cabe recalcar que el señor Alcalde nunca mantuvo una reunión con mi persona, es decir bajo ningún informe que sea de mi conocimiento realizó este cambio:

SEGUNDO MOMENTO

Quedé embarazada en julio del 2017, y en agosto del mismo año, mi situación de salud se complica, por lo que, para precautelar el buen fin de mi embarazo, los médicos recomiendan un reposo de 30 días.

Con fecha 23 de octubre del año 2017, el Alcalde de Lago Agrio, Abogado Vinicio Vega, en presencia de la señora Vicealcaldesa, Evelin Ormaza y las otras dos integrantes de la Junta, las señoras Angélica Villacís y Gladis Becerra (quien durante dicha reunión me humilla y presiona por mi renuncia) me pide la renuncia por mi condición de salud y me dice que después del parto, él me puede colocar en otra área dentro de la institución.  También me informa que se me receptarán, exclusivamente, certificados médicos del IESS-Nueva Loja y de Quito, solo si el IESS Nueva Loja me trasfiere hacia allá. Me acerqué de forma verbal a pedir una explicación en el IESS sobre este particular, instancia que a través del Dr. Prado me manifestó que él no ha solicitado que la atención sea únicamente del IESS, pero sí sugiere que me haga revisar en el IESS-Nueva Loja.  En el IESS me asignan la cita para el área de ginecología el día 28 de diciembre del año 2017, es decir, tres meses después.   De esta reunión, tengo como respaldo un video.

Estoy a pocos días de dar a luz y sigo trabajando en este ambiente hostil que me ha creado una esfera de estrés, depresión, y tristeza,  por lo que he tenido que tomar tratamiento psicológico en el IESS-Nueva Loja.

TERCER MOMENTO

Para poder realizarme los controles médicos, me sujeto a una lucha constante con la Institución municipal, pese a que, hacerlo está garantizado como un derecho irrenunciable y respaldado legalmente.  En el colmo del abuso, han llegado incluso a negarme los permisos con cargo a vacaciones.

La denuncia de acoso laboral en contra del señor Alcalde de Lago Agrio, Vinicio Vega y  la señora Gladis Becerra,  la presenté en el Ministerio del Trabajo con fecha 09 de noviembre del año 2017.  Hasta el día de hoy, no hay ninguna respuesta.  Ante este silencio,  y en mi búsqueda de justicia, presenté otra denuncia en el Consejo Nacional de Género en Quito, esta institución la trasladó a la Defensoría del Pueblo en Quito y la Defensoría de Lago Agrio la acogió.

CUARTO MOMENTO

Para salvaguardar mi salud y velar por el cumplimiento de mis derechos, he recurrido a solicitar  Medidas Cautelares, donde solicito explícitamete que de acuerdo a  ley, pueda hacer uso de la licencia por maternidad.  Faltan dos semanas para la fecha del nacimiento de mi hija, y recién, el día de mañana se dará la audiencia para que la justicia decida si acoje mi petición de Medidas Cautelares y que los denunciados, el señor Alcalde de Lago Agrio, Vinicio Vega y  la señora Gladis Becerra sean sancionados por violentar mis derechos de mujer embarazada y por acoso laboral del que he sido objeto.

He recurrido a hacer público mi caso, porque a pesar de que la Ley me respalda, todavía existe gente que cree que su efímero poder, está por encima de los derechos de los  demás, incluso de la lógica común.  Porque su irresponsabilidad, prejuicios e intereses mezquinos, han puesto en riegos mi vida y la de mi hija.  Es por ello que exijo una sentencia que cree precedente,  para que este tipo de abusos no se cometan contra otras mujeres, cuyo único delito es embarazarse y tener un empleo a la vez.

 

HUÍ DE MI ESPOSO VIOLENTO, AHORA ÉL RECLAMA A NUESTRA HIJA

El propósito de esta publicación es contar mi historia que como muchas de las historias de mujeres que han sufrido violencia de género, tiene un elemento en común, la dinámica de control y poder ejercida por el hombre, que en este caso, se suponía era la persona que juró protegerme y cuidarme.

Regresé a Ecuador desde Estados Unidos hace exactamente un año junto con mi hija quien ahora tiene 6 años. Mientras cursaba mi programa de doctorado en ese país, me casé con David Yépez, ciudadano americano-ecuatoriano. Él es veterano de la guerra de Irak, y en el año 2012 le diagnosticaron Esclerosis Múltiple, una enfermedad crónica de carácter degenerativa la cual no tiene cura. Debido a esta enfermedad él se ha visto afectado principalmente en la parte cognitiva, además de tener una afectación en la parte física. Algunas de las características de esta enfermedad que él manifiesta, incluyen la pérdida de memoria, depresión, problemas para enfocarse y razonar, falta de empatía, control de humor, episodios de violencia. Tengo que señalar que estos síntomas han ido incrementando en severidad y frecuencia hecho por el cual ha sido medicado para cada uno de estos síntomas. Aún más, el gobierno americano le ha dado un porcentaje de discapacidad del 60%. A pesar de la severidad de su enfermedad él siempre estuvo reticente a recibir tratamiento, siempre se negó a tomar las medicinas y nunca realizó las terapias de psiquiatría que su neurólogo le pidió seguir. Solamente toma medicación para disminuir el progreso de la Esclerosis Múltiple (aunque no tiene cura, la enfermedad siempre seguirá progresando). A pesar de que él ha sufrido de estos síntomas desde el 2012, todo empeoró en el año 2016. En octubre de ese año decidimos separarnos. Y, aunque al principio fue en términos amigables, la situación se tornó insostenible. El empezó a actuar de forma paranoica y violenta-agresiva. Me vigilaba todo el tiempo, instaló softwares para espiar mi computadora y mi teléfono. No me permitía ni siquiera ir al baño sola. Yo no podía cerrar la puerta ni para usar el inodoro, peor para bañarme. Dormía en la puerta de mi cuarto. Cada vez que salíamos de la casa, él, mi hija y yo, revisaba mis bolsillos, mi bolso, a veces hasta mi cuerpo.  Todo esto es únicamente una muestra de lo que viví y soporté durante este tiempo.

Durante el tiempo que residí en Estados Unidos, tuve una visa de estudiante que me permitía poseer el estatus de inmigrante legal. Y aunque he estado casada por 7 años con un ciudadano estadounidense, nunca tuve la intención de quedarme a vivir en Estados Unidos. En parte debido al hecho de que una proporción del valor de mis estudios fue financiada con una beca del Senescyt, lo que hacía inevitable el tener que regresar a Ecuador a devengar mi beca. De esta circunstancia el papá de mi hija estaba totalmente al tanto y estuvo de acuerdo con el hecho de que teníamos que regresar. En medio de estas circunstancias, apliqué para obtener la residencia en Estados Unidos. El proceso de petición al gobierno estadounidense para que me otorguen la residencia fue iniciado por él ya que la única vía de obtenerla es a través del matrimonio con un ciudadano estadounidense. Una vez que envié mi aplicación, mi visa de estudiante se canceló. Así desde octubre del 2016 poco antes de tener que regresar a Ecuador, el nivel de violencia psicológica que él ejercía conmigo culminó con la constante amenaza de que nunca más iba a ver a mi hija si regresaba a Ecuador. Él llegó a mencionar que si regresaba lo tendría que hacerlo sin ella y que iba a retirarme mis papeles de inmigración y denunciarme ante las autoridades. Así en febrero del 2017 recibí una llamada de mi abogado de inmigración para avisarme que él, mi esposo, había retirado la petición para mi residencia con lo que yo me había convertido en una inmigrante ilegal. El abogado me dijo que tenía una semana para irme del país antes de que oficialmente se formalice la anulación del proceso. Hablé con dos abogados más en Estados Unidos y ambos coincidieron en lo mismo. No tuve otra opción más que irme de allá con mi hija. Yo tenía que abandonar el país antes de que él me denunciara en inmigración y empiecen el proceso de deportación. Jamás podría haberme ido sin mi hija, no habría podido dejarla con él, sabiendo los problemas mentales que tiene.

Apenas llegué a Ecuador tramité la ciudadanía ecuatoriana para mi hija y pedí se me otorgue su custodia ante un juez, quien me la otorgó en base a los argumentos legales que presenté. Sin embargo, hace 2 semanas recibí las citaciones para un juicio de restitución internacional que me el Ministerio de Justicia en representación de él, mediante el Acuerdo de La Haya. Esta demanda es, a todas luces, injusta y no busca la restitución de mi hija a un lugar que le brinde seguridad emocional, física y psicológica. . Durante todo este año que hemos permanecido en Ecuador, el padre de mi hija no se ha interesado en saber cómo se encuentra ella. Jamás ha llamado ni ha tratado de averiguar por mi hija. Ni por su cumpleaños, ni en Navidad, nunca se pronunció. Él sabe dónde vivo, el teléfono, mis correos, pero jamás ha tratado de comunicarse. Es por esto que no entiendo por qué ahora se hace presente con un juicio por restitución. Solo espero que la decisión que tomen los jueces, sea amparada en el bienestar superior de mi hija, que en este caso es la más importante.

DENUNCIÉ A MI ABUSADOR, AHORA SOY LA ZORRA DE LA CIUDAD

Acudo a este medio para dar a conocer mi caso porque la ciudadanía tiene derecho a saber cómo se administra justicia en este país.  No pongo mi nombre ni el de mi agresor porque me amenazó con denunciarme y mandarme presa.
Soy Daniela, nombre supuesto, tengo 33 años y soy médica de profesión. Fui víctima de acoso y posterior abuso sexual por parte de mi jefe, quien  aprovechándose de su situación jerárquica empezó a emitir comentarios sobre mi cuerpo que cada vez se tornaron más grotescos y ofensivos dentro del mismo ambiente laboral, sin respetar siquiera nuestra oficina, pues trabajábamos juntos y yo, como su subordinada directa. Un día a pretexto de encontrarse a solas conmigo se refirió de manera muy inapropiada a mi escote y  mi busto y posterior a ello, me abrazó por detrás y tocó mis partes íntimas para luego de mi enojo, decir que eso era normal y que no debía sonrojarme.
Pensé en renunciar al trabajo como muchas lo habrían hecho, pero no era justo que yo saliera y él continuara haciendo de las suyas con cualquiera que se le antojara, como si las mujeres estuviéramos en vitrina esperando a que él se decida por una afortunada:  no fui yo quien hizo algo mal, fue él quien se atrevió a atentar contra mi dignidad, y era él quien debía ser castigado con todo el rigor de la ley, así que realicé la respectiva denuncia, esperando por  justicia.

Se hicieron dos procesos: uno administrativo (sumario administrativo) y uno  penal  (denuncia en la Fiscalía). Ambos me exigen pruebas del delito, y como no tengo fotos o testigos del acto mismo, entonces la fiscal, solicita el archivo de mi causa sin considerar testigos ni las pruebas presentadas indicando que son sólo referenciales, entre ellas un audio de la conversación que mantuve con él reclamadole por su actitud y en la que él admite haberme faltado al respeto, diciendo que fue una broma de mal gusto y que sólo quería halagarme;  una testigo que incluso escuchó algunas de las expresiones subidas de tono que él tenía conmigo, los videos de las cámaras del Hospital que demuestran mi presencia en la institución, ya que la defensa de él miente que yo nunca llegué a la oficina, testimonios de profesionales psicólogos que me atendieron  y mi historia clínica  en donde recibí atención para tratar de salir de ese trauma  y además una evaluación realizada por el psicólogo perito nombrado por la misma Fiscalía que determina la credibilidad de mi testimonio y la concordancia de mis síntomas con los hechos relatados.

Inicialmente, el juez no dio paso y devolvió el trámite a la Fiscalía Provincial  para continuar con el trámite, pero finalmente decidió ratificar las barbaridades que indica la fiscal  en su documento mal redactado, hasta que dos días después de aprobada la ley en contra de la violencia a la mujer, con todo lo detallado, terminaron notificando el archivo de mi caso.
Obviamente, mucho tuvo que ver que el hijo de este hombre, es alto funcionario de una institución pública, quien interpuso su poder sobre la ley para que su padre no sea condenado como se merecía.

Mientras tanto, en el tema administrativo el mal sabor es exactamente igual, ya que aquí también  archivaron el caso y no le dieron el castigo que le correspondía, le retiraron del puesto pues era de libre remoción, pero no salió destituido, ya que en la resolución del Sumario Administrativo se indica que no existen pruebas que demuestren que el abuso ocurrió.

Hice lo que la publicidad  del gobierno aconseja pero de nada sirvió  y como yo, habrán muchos casos que quedan en nada y hablar solo sirve para que vivas estigmatizada y decepcionada. Ahora soy la zorra de la ciudad en la que vivo, me tratan como si habría sido amante de este señor y de muchos otros, me tachan de mentirosa, dicen que él me daba dinero y yo se lo pagaba con favores sexuales, dicen que me divorcié porque le puse cuernos a mi marido, dicen que me visto muy provocativa, que fue mi culpa por haber desayunado con él y otros compañeros de trabajo en algunas ocasiones.  Ahora él es la víctima por ser tan bueno y comprensivo.  A mi testigo la sacaron de la oficina y la tratan como delincuente por haber dicho la verdad y no  taparle el secreto al jefe degenerado. Lo que quiere decir que denunciar no sólo ha acabado con mi buen nombre sino también con el de las personas que se atrevieron a hablar conmigo por ser lo justo.

No creo que sea un tema de ley, el problema es de quienes administran la justicia, y en mi caso particular, el familiar directo de este delincuente  influye desde su ámbito en el trámite citado para evitar la acusación que le corresponde  a un hombre del que todos conocen sus antecedentes.
Quiero justicia porque no soy la única que pasa por esto, se enfrenta al monstruo y queda más desprotegida que antes, quiero justicia porque el acoso, el abuso y la discriminación son cotidianos y es momento de que se ponga un alto, que la justicia sea justicia para todos y no solo para los privilegiados.
La justicia me ha fallado.

¿SIN MANOSEO EN PARTES ÍNTIMAS NI PENETRACIÓN, NO HAY VIOLENCIA SEXUAL?

En base a este argumento, en septiembre del 2017, los jueces declararon inocente a Mario,  pofesor de Daniela Ortega en el colegio Hipatia Cárdenas en Quito.  El testimonio de la adolescente narra que el profesor Mario, alabó sus piernas,  le alzó la falda, le hizo un corazón con esfero en la pierna e intentó besarla.

Daniela Ortega nos cuenta su testimonio e invita a apoyarla en su búsqueda de justicia, que lleva ya 2 años. El martes 20 de febrero del 2018 a las 8:00am en la Corte Provincial de Justicia (Diego de Almagro y 6 de diciembre, frente a la plaza Argentina), se realizará la Audiencia de apelación en su caso. Acompañemos a Daniela, los esperamos.

 

 

 

CARTA ABIERTA A LA REINA DE AMBATO

«Los vestidos de las jóvenes no estropean el espectáculo de la inmensidad del mar»
Marcel Proust

María Judith:
En días pasados la red social ecuatoriana y los medios de comunicación dieron cuenta del malestar de un parte de la población del país, debido al hecho de que Usted habría convocado a la audiencia a una corrida de toros, con el fin de recaudar fondos para obras sociales.
Como antecedente a las palabras a continuación, debo decir que he tenido parientes cercanas y lejanas que han sido reinas de belleza, que tengo ascendencia ambateña y que como una feminista que persigue ser coherente -si bien no estoy de acuerdo con la existencia de concursos de belleza- discrepo totalmente con la adjetivación de “reinita”, a mujeres que ocupan funciones como la suya.
María Judith, en algo menos de 90 días su reinado dejará de ser tal, por lo tanto, esta carta pública tiene como objetivo motivarla hacia una transición necesaria, de tal suerte que pase de la corona de la Fiesta de las Flores y de las Frutas a ser verdaderamente una soberana; dando paso a un simple gesto que la convertiría en una mujer que trasciende los paradigmas de lo establecido, con el único fin de buscar el bien común y el bienestar social.
No porque hasta la saciedad la llamen “soberana” en los medios de comunicación y en los discursos públicos, implique que así lo sea. Usted, María Judith, al igual que muchas reinas de belleza del Ecuador y del mundo, obedece reglas y preceptos que han sido diseñados muchos años atrás; para perpetuar las tradiciones que por siglos han maquillado a la caridad de “obra social”; y al capitalismo y al patriarcado de “belleza”.
La caridad, María Judith, ha sido, es y será es un acto colonialista que siempre está vinculado al lucro; como en el presente caso de la corrida de toros a la que -a través de la utilización perversa de su hermosa figura- los empresarios de Citotusa organizaron en Ambato, hace unas semanas atrás; tal como lo han hecho por décadas, en todo el país; por el simple hecho de ensalzar su gusto cruel de ver correr sangre de seres vivos. Convocatorias que incluyen descaradamente a alcaldes y funcionarios municipales.
María Judith, lo “legal” no siempre es justo. En efecto, Tungurahua ha votado por tener corridas públicas de toros; lo que no quiere decir que el toro -que no tiene una voz que el humano comprenda- tenga que morir.
La tauropataía, en todas partes del mundo, ha enmascarado las corridas de toros, con la fachada de la beneficencia. Los resultados siempre son la nula consecución de este fin. Apenas unas migajas de esos dineros le son entregadas a las personas utilizadas como títeres para estos fines; con los que a veces no pueden tan siquiera cubrir el presupuesto de publicidad del evento.
El otro tema por el que quiero llamar su atención, María Judith, es la altísima cifra de femicidios que hay en Ambato. En el Ecuador 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia; Tungurahua es una provincia que en esa estadística tiene un dígito arriba sobre esos 6 puntos. De enero a octubre del presente año, se cuentan 3 casos de muertes violentas a mujeres por crimen de odio. Cuatro años atrás, en el año 2014, en el que Vanessa Landinez Ortega fue asesinada en Ambato; se registró en esa ciudad la escalofriante cifra de una joven muerta, en discotecas de la urbe; cada fin de semana. He aquí otra forma en la que Usted, a través del empoderamiento (lo sugeriré más adelante), ejercería su presunta soberanía. Puede empezar por investigar esa ejemplar actitud con la que las candidatas al certamen Miss Perú 2017, se han presentado ante el mundo: delante del micrófono, cada una -tras decir su nombre- ha manifestado un: “mis medidas son”, seguido por las diferentes estadísticas de violencia hacia las mujeres en ese país; tan vergonzosas como las nuestras. Y no, no han dejado de ser mujeres, jóvenes y bellas; por el contrario se han vuelto INOLVIDABLES.
Siendo Usted, María Judith, una joven del mundo contemporáneo; lo que la sociedad espera de su persona es que actúe como tal, es decir, en consecuencia con el sinónimo de juventud: expansión de la conciencia feminista hacia el bien común de todos los seres vivos. No me cabe duda de que sus intenciones de ayuda al necesitado hayan sido y sean genuinas. Paso a sugerirle con profundo respeto dos ideas, cuya puesta en marcha le tomará un tiempo no superior a 60 minutos, sin que tenga que incurrir en gasto económico alguno:
1. Me pongo en los zapatos de una adolescente ambateña: si le escucharía en el discurso de entrega del reinado 2017-2018, a la reina saliente decir algo como: “…para cuando dejo esta función pública, mis medidas son: en Ambato 7 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia. Hago un llamado a todos los poderes del Estado, a las familia ecuatorianas, a la iglesia, a los colegios; y a la sociedad en general a hacer un estudio de todos los casos de femicidio en nuestra ciudad, a hacer justicia para estas mujeres y a realizar proyectos sostenidos e integrales de erradicación de las violencias hacia nosotras”. Esa adolescente comprendería ese minuto la extensión inconmensurable de lo que significa ser una “reina”. No antes.

2. ¿Qué tal romper el molde, patear el tablero y pasar a la historia con una carta pública hacia toda la provincia de Tungurahua, difundida masivamente, un día antes de terminar su periplo de funciones; en la que haga un llamado a que la figura de la reina de Ambato esté deslindada por completo de convocatorias en las que se violenta a seres vivos, con fines de lucro; y en presencia ilegal de niños y adolescentes? Sería el momento en que María Judith Custode Carrión pasaría a ser un icono de fiesta; de celebración de la vida, de la paz; y al más puro estilo de Ghandi…de desobediencia civil.
Lejos de querer pretender descubrir el agua tibia con mis ideas, lo que hago es tan solo tomar el ejemplo de pioneras de la historia de la lucha feminista del Ecuador; entre muchas más, la ambateña Ana de Peralta; quien a mediados del siglo XVIII, levantó su voz por el derecho a la libertad estética de las mujeres ecuatorianas.
Segura de su necesidad de soberanía, me despido de Usted, deseándole lo mejor en su vida.

María Belén Moncayo
MALCRIADA TOTAL PRODUCCIONES
“All you need is desobediencia civil”

MUJERES VERSUS HOMBRES ¿Y SANAR LAS HERIDAS, PARA CUÁNDO?

Por Alicia Galárraga

Peligrosamente se observa cómo discursos extremistas se apoderan de la sociedad.  Ambos bandos dicen defender derechos.  Ambos bandos dicen ser la víctima.  Ambos bandos se sienten ofendidos.  Esta polémica se ha visto exacerbada en los últimos días por un enfrentamiento entre dos grupos antagonistas.  El uno, un grupo de la Iglesia Católica, liderado por un sacerdote, ha convocado a una marcha.  Varias publicaciones dan cuenta que los argumentos para convocarla, se basan en falacias.  Sin embargo, lo más preocupante, es el daño que se le hace a la sociedad con este enfrentamiento estéril, donde solo hay perdedores:  los niños y la familia (como cada individuo, fruto de su libre albedrío, la conciba).  Y entonces, si los niños y la familia son los afectados, a la final, la afectada es la sociedad, que es fraccionada, dividida, separada…en blanco y negro, en buenos y malos, en puros e impuros, en justos y pecadores, en curuchupas y libertinos.  Justamente el mismo discurso totalitario del que se valió Correa para polarizar y crispar a la sociedad.  Los resultados están a la vista y no son nada alentadores.  Por lo que es infructuoso e innecesario seguir echando sal en las heridas.  Urge, más que nunca, hacer un llamado a la tolerancia, a la cordura, al respeto a las diferencias y a la diversidad.  Si seguimos aplicando  la ley del ojo por ojo, terminaremos siendo parte de una sociedad tuerta.

Desde este punto de partida, me permito incluir en este espacio un escrito, que en estos momentos es valioso para hacernos recordar que las mujeres y los hombres no podemos tomar, cada uno, la posición de un cuadrilátero e ingresar a una pelea, donde solo resultarán perdedores.  A continuación lo comparto en su totalidad y cito la fuente:

EL FEMINISMO Y LOS DERECHOS DE LOS HOMBRES

Hay una herida en el hombre, al igual que hay una herida en la mujer y no puede haber evolución social o espiritual que valga mientras todas estas heridas no hayan sanado.  

Por cosas de la vida llevo unos años desconectada de este espacio. De antemano pido disculpas a quienes han visitado la página sin encontrar nada nuevo pero para producir nuevos contenidos es a veces necesario tomar distancia. Esta distancia, que en mi caso es no sólo mental y espiritual sino geográfica me ha permitido evaluar el proceso de este viaje que ha sido el feminismo. El feminismo como un movimiento global, local y personal. No es lo mismo hablar de feminismo en América Latina que en Europa, o en el Reino Unido que es donde vivo actualmente. No es lo mismo hablar de feminismo desde la perspectiva de las poblaciones vulnerables que desde la clase más acomodada de la sociedad. Y claramente, no es lo mismo hablar de feminismo entre hombres que hablar de feminismo entre mujeres. Cuando comencé a andar este camino, el feminismo se me presentaba como una verdad visceral (si es que se es válido decir que una verdad se siente en las entrañas). Por obvias razones, las experiencias de los hombres dentro del movimiento o con respecto a este me eran totalmente ajenas, así como para muchos hombres pueden resultar ajenas nuestras reivindicaciones.

Ayer vi un documental que se llama ‘The Red Pill’. Este es el trabajo de una documentalista feminista hacia el interior del Activismo por los Derechos de los Hombres o MRA por sus siglas en Inglés. El movimiento MRA básicamente reclama que el patriarcado y la opresión de la mujer es un mito construido por el feminismo y que son los hombres los que están realmente oprimidos. La prueba de esta opresión se centra en unos puntos muy concretos:

– La vida de los hombres es desechable: Son los hombres los que van a la guerra. Son los hombres los que asumen los trabajos de mayor riesgo. Son los hombres los últimos en ser rescatados en una catástrofe (mujeres y niños primero.. y eso).
– Los hombres tienen los índices más altos de suicidio: Este punto se extiende para hablar de los roles de género asignados a los hombres y la presión por ser exitosos, productivos y proveedores.
– El sistema judicial está parcializado: Los hombres llevan las de perder en los casos de custodia por los hijos.
– Más hombres que mujeres abandonan la educación superior, están desempleados o son habitantes de calle.
– Cuando los hombres tratan de llamar la atención sobre estos problemas son silenciados por las voces feministas que de inmediato los acusan de misoginia, aislándolos aún más.
A medida que veía el documental pensaba cómo cada uno de estos argumentos tiene necesariamente su contraparte desde la óptica feminista:
– Durante tiempos de guerra las mujeres sufren la mayor parte de la violencia sexual
– Las mujeres se suicidan menos pero mueren más a manos de sus parejas.
– Por cada 1000 casos de violación sólo 6 hombres van a la cárcel.
– En el tercer mundo hay más mujeres que hombres sin acceso a la educación… etcétera.
Todos estos factores -tanto de un lado como de otro- se soportan sobre estadísticas que pueden o no ser acertadas pero hay algo que es absolutamente real: donde quiera que haya voces de protesta, hay inconformidad, hay miedo, hay abandono. Mucha gente compara al MRA con la Supremacía Blanca, sugiriendo que no son más que el grito de una comunidad que estando en el poder se siente amenazada por el levantamiento de comunidades antes oprimidas. …  Mucha tela que cortar.
Yo a ciencia cierta sólo podría decir dos cosas: La primera, que parecería ser obvia, es que el extremismo nunca es saludable (incluso el extremismo en el que puede caer el feminismo… no nos digamos mentiras ahí). La segunda es que detrás de cada proclama hay una herida, y es eso lo que me interesa principalmente.  Hay una herida en el hombre, al igual que hay una herida en la mujer y no puede haber evolución social o espiritual que valga mientras todas estas heridas no hayan sanado. El extremismo, la violencia, las posturas «en contra de», son la infección de esa herida. Donde hay odio, en el principio sólo hay dolor.  Es hora de bajar la guardia para escucharnos. No podemos decir que hay un dolor que duele más. No podemos sentir cuál miedo es peor. Lo que sí podemos hacer es vernos en esa extrema vulnerabilidad en la que el sistema nos ha dejado, reconocernos en nuestra indefensión. Mostrar nuestras heridas para poder sanarlas.

El hombre actual se encuentra en crisis. Esto es real. El hombre ha perdido todo referente de masculinidad. Alejándose de la hipermasculinidad o de la masculinidad tóxica se enfrenta a su femenino sin saber por dónde agarrarlo al tiempo que la mujer trata de reivindicar esa energía y regenerarla. Pero la tarea de entrar en contacto con la energía de lo femenino es tan ardua que en el camino podríamos estar olvidando qué tipo de masculinidades son las que tratamos de construir. Es importante también revisar qué es la feminidad tóxica porque para que la herida de la mujer pueda ser sanada es fundamental que nos enfrentemos a la propia sombra de lo femenino. Si algunas de ustedes han estado trabajando con la madre oscura saben perfectamente de qué les hablo.

Creo que para que las reivindicaciones sociales tengan un efecto duradero, debemos construir a partir de nuestras similitudes, reconociéndonos en nuestro dolor.

Yo como mujer feminista quiero hacer espacio para esa construcción, pero por el momento tal vez,  sólo espacio porque hacer más podría ser castrador.  A los hombres que quieran decir algo quiero prestarles un oído. A los que quieran llorar quiero prestarles un hombro.  A los que quieran levantarse quiero prestarles la mano.  A los que quieran comunicar quiero prestarles este espacio. Porque como dice allá arriba al inicio de este blog, este es un espacio para la reconstrucción… un sembradío.

Ahora, todos los datos que respaldan al MRA han sido recogidos en Estados Unidos. Yo quiero saber qué opinan los hombres Latinoamericanos. Quiero saber qué pasa con la masculinidad en nuestros países. Qué representa para ellos el feminismo. Cómo entienden ellos el machismo. A qué le temen. Cómo se sienten oprimidos en su condición de hombres, si es que así se sienten. Cuáles son los retos a los que se enfrentan en el proceso de construcción de nuevas masculinidades.  Los invito a que me envíen sus comentarios a través de la página de Facebook para poder convertirlos en imágenes para un nuevo álbum. Construyamos un puente para que el futuro pueda comenzar en el medio.

CARTA ABIERTA A CÉSAR PIECHESTEIN, “EL CURA DE TODOS”

César Piechestein:

Por estos días, las redes sociales han sido contaminadas con un tuit de su autoría (véase la ilustración, al lado izquierdo), cuyo contenido es la apología del odio a la diferencia y la antología de la inconstitucionalidad;  y por ende merece un desglose, a manera de carta pública.

Como antecedente, deseo dejar sentadas cuatro ideas muy claras:  estudié doce años en un colegio del Opus Dei, en Quito.  Suscribo la ideología de género como una herramienta para garantizar los derechos constitucionales de las personas a la diversidad sexual. No soy lesbiana, soy una mujer feminista, heterosexual e insumisa. Tengo a mi haber una carrera de veinte años, con experticia en el audiovisual.

Procedo a hacer el análisis, empezando por el encabezado de la imagen, para lo cual articularé un contraste entre lo que la Iglesia Católica Apostólica Romana predica y la Constitución de la República del Ecuador garantiza:

1. ¿César Piechestein @elcuradetodos? Si bien está usted asistido por el derecho a tener en su cuenta de Twitter el nombre que a bien tenga;  como figura pública que persigue sentar las bases de la palabra de Jesús en la Tierra, estimo que luego de su infortunado post, una buena cantidad de ovejas se le habrán escapado del rebaño.  Usted solamente puede ser el cura de aquellos que -escudados en el Levítico- promulgan el odio hacia la población LGBTI. Lo cual es una actitud, además de miserable e inconstitucional, totalmente anacrónica:  al parecer, no se ha enterado sobre la postura de incondicional respeto a la diversidad sexual que promueve el Papa Francisco;  como tampoco se ha empapado debidamente de aquellos pasajes de la Biblia en los que Jesús pedía a los apóstoles permitir el libre acceso hacia él, de todo tipo de personas, que en aquellos días, eran consideras parias e intocables. Usted, Piechestein, hace lo opuesto.

  1. “No se trata de como te sientes, sino de quien eres”. Este tipo de predicamentos usted los puede hacer única y exclusivamente en el interior del templo, porque así lo garantiza el laicismo constitucional.  A mí en lo particular me parece una forma más de ratificar el repudio hacia el otro, hacia el pensamiento diverso. Cuando lo hace fuera de esos límites incurre, cura Piechestein, en un acto inmoral;  en virtud de que SÍ se trata de cómo se sienten los seres humanos. Toda persona en el mundo se sentirá hombre o mujer después de haber atravesado por una construcción socio-cultural de su género.  No antes.  Ya que al parecer, gusta usted del cine (ya me encargaré de comentar sobre “Wonder Woman” más adelante) le pongo un ejemplo contemporáneo:  Nicole Kidman nunca ha podido ser madre biológica porque es en realidad intersexual:  nació con la genitalidad de ambos sexos.  En vez de ovarios posee dos testículos internos, no expuestos.  Fueron sus padres quieres decidieron criarla como “mujer”.  Es así como ella, todos los días de su vida, se siente Nicole Kidman, porque es Nicole Kidman. ¿Según su ideología inquisidora, podríamos decir que la actriz es una suerte de demonio al que hay que quemar y/o hacerle tuits?
  2. “La verdad es que sólo hay dos posibilidades:  hombre o mujer”. Nuevamente la Constitución le ampara en su derecho de predicar sobre algo tan abstracto, difuso y relativo como “la verdad”La verdad es que esa afirmación solamente aparece en el Levítico, que para decirle la verdad es una parte de la Bilbia que si Jesús -que era profundamente feminista- lo leería hoy en día, lloraría a gritos, con el corazón roto en mil pedazos, por la interpretación maquiavélica que ciertas facciones de la Iglesia Católica han hecho de su vida.  Él dijo: “La verdad os hará libres”La verdad es que hay hombres con vagina y mujeres con pene, que se definen católicos;  y la verdad es que la Carta Magna les garantiza todos esos derechos.  La única verdad científicamente comprobada es que César Piechestein posee una ortografía deprolable.
  3. “#ConMisHijosNoTeMetas”.  Hasta donde sabía, los curas católicos no pueden tener hijos.  No pueden casarse.  Al parecer usted tiene hijos y alguien se está metiendo con ellos. Me permito el pésimo chiste para contextualizar el absurdo que implica que la Iglesia Católica, una entidad regida universalmente por hombres, insista, en todo el planeta, en querer gobernar el cuerpo y las vidas de las mujeres. A la sazón, un montón de penes y testículos decidiendo cuándo, cómo, dónde y por qué los úteros deben parir,  y cómo han de ser quemadas vivas sus dueñas cuando decidan abortar.  Hacen lo propio para colonizar la vida de todo ser vivo e imponerle una “verdad” sobre cómo, cuándo, dónde y por qué han de definirse como hombre o como mujer. Aquí el resumen de su clase de religión:
    Cómo: Divididos en senos/vagina = mujer. Pene/testículos = hombre. Y si no entienden, vayan y compren una lámina de “La Reproducción” en la papelería de la esquina.
    Cuándo:  Tienes que ser bien hombrecito en la oficina, en la casa, en la cama, en el estadio y en la iglesia ¡Carajo!…Y ustedes señoritas ni pregunten…calladitas se ven más bonitas. ¡Parirán con el dolor de su frente y se someterán al varón…punto final!
    Dónde:  Principitos, acompáñenme a la sacristía, vamos a jugar al doctor y luego les voy a dar caramelos.
    Por qué: Porque si hay mucho maricón en el mundo, las mujeres van a parir menos obreros, menos mano de obra barata;  y el matrimonio entre capitalismo y patriarcado podría terminar en divorcio y eso sí la Iglesia no acepta. Es hasta que la plata los separe.Estas campañas públicas, de formato violento y consignas baratas únicamente inspiran lástima por la cantidad de miseria que esparcen en el imaginario colectivo. Como feminista de la expansión de la consciencia es mi deber transformar ese dolor en luz; y por eso le digo: #ConMisTetasNoTeMetas.
  4. “He aqui la mujer maravilla que los progres pedían”. Ciertamente si el Papa Francisco le prestaría atención le daría unas buenas nalgadas. Desde el inicio de su ejercicio pontificio, Francisco ha dejado en claro la necesidad de que la Iglesia Católica se abra a la vastedad de los problemas sociales que azotan al mundo; de los cuales ha hablado con solvencia en los medios de comunicación, dado el alto grado de información que maneja.  Ese, evidentemente no es su caso. Cura Piechestein, uno de los paradigmas del pensamiento progresista es precisamente la interpelación de los estereotipos, como base fundacional del ejercicio de la identidad.  Por lo tanto, algo como “Mujer Maravilla” es un oxímoron. Una persona progresista coherente, hablaría solamente de “La Mujer y/o Las Mujeres”, las de carne y hueso, las libres y soberanas que bien podrían -un afortunado día de relajo en sus vidas- disfrazarse de “Wonder Woman”; a sabiendas de que su autoestima de Vanessa, de Angélica, de Karina;  de tantas otras, de todas…está intacta.
  5. “Ley natural”, es la frase que monta usted sobre la imagen nada natural de la actriz Gal Gadot -quien curiosamente es judía- en su papel de “Wonder Woman”. (L@s lector@s sabrán disculparme si insulto su inteligencia con la siguiente explicación, pero lo atrevido de la ignorancia del cura Piechestein lo amerita. “Amén” de que esta carta podría caer en manos de nuevas generaciones, a las cuales hay que invitarlas a no tragar el bocado completo).  César:  “Wonder Woman” es una superheroína ficticia, creada por William Moulton Marston, para DC Comics, en 1941. Prepárese para leer lo que viene a continuación. Sin ir más lejos Wikipedia dice esto sobre la Mujer Maravilla:

“…Su representación como una heroína que lucha por la justicia, el amor, la paz y la igualdad sexual ha llevado a la Mujer Maravilla a convertirse en un ícono feminista.

Nunca hubo mejor momento para escribir: Oh my God!
A todo esto auméntele que desde tiempos inmemoriales en el cine se vienen haciendo e-fec-tos es-pe-cia-les que convierten lo NATURAL en fantasía, en ficción. “La verdad” cura Piechestein es que Gal Gadot pasó por el departamento de maquillaje, de vestuario y de utilería antes del rodaje;  y toda vez que la película se filmó, el dispositivo atravesó por el proceso de postproducción, mismo que logró que todo lo que se podría ver “natural-ista”, se vea…wonderful!
Pero ahí no para la cosa sino que además es evidente que usted NO ha visto esta versión de “Wonder Woman” (Patty Jenkins, 2017).  En los 20 primeros minutos del film gritaría en medio de la sala de cine: “¡Mátenme!” al darse cuenta que la figura hegemónica, patriarcal, masculina, blanca y joven es aniquilada con un finísimo humor  al quedar claro y sin ambages, el hecho de que el tamaño del pene, para efectos de salvar al mundo del mal, es algo menos que irrelevante.  Lo cual desmonta de un brochazo su banderita tratada en el numeral segundo de esta carta.

7. “Ideología de género”. Descontando lo inconstitucional y delictivo del resto de su tuit, esta es la única parte en la que hay “verdad”.  Sí, por efecto de la ideología de género, es que este ser humano, esta persona -a la que usted, por obra y gracia de la construcción cultural- llama “hombre”, está vestida a la imagen y semejanza de quien en ese momento se “siente”: La Mujer Maravilla y que en ese instante “es”: una mujer maravillosa, como millones.  Seguramente -no he tenido el disgusto de escucharlo- sus sermones estarán llenos y colmados de los ejemplos “del amor de Cristo”.  ¿Si Dios es amor por qué dedica su vida a expandir la discriminación a la diversidad sexo genérica? En el Ecuador son prácticamente diarios los crímenes de odio a las mujeres trans. Los mounstros que las matan, tras cortar su rostro y golpearlas hasta la muerte, las tiran en botaderos de basura.  Es de suponer que cada una de esas imágenes están colgadas en su habitación, junto al afiche de “Wonder Woman” y al de “Quo Vadis” (Mervyn LeRoy, 1951).  Déjeme decirle que hasta las skinheads de la Supremacía Blanca, de “Orange is the New Black” (Netflix), morirían de vergüenza viendo su tuit.  No quisiera estar en su sotana si desde sus smartphones lo llegan a leer, en la temporada cinco. Literalmente estaríamos ante un Pussy Riot.

Al César lo que es del César…y a Dios, lo que es de Dios.
María Belén Moncayo
MALCRIADA TOTAL PRODUCCIONES
“All you need is desobediencia civil”

JORGE GLAS SE SALVÓ…POR EL MOMENTO

Por  Annabell Guerrero

El archivo del juicio político al vicepresidente Jorge Glas Espinel por parte del Consejo de Administración Legislativa de la Asamblea Nacional, CAL, no sorprende a nadie. Sin embargo, sí ha despertado malestar, sobre todo porque el supuesto “cambio de estilo” anunciado por Lenín Moreno frente a la forma de gobernar de su antecesor, generó muchas expectativas en la ciudadanía que olvida que Alianza País siempre ha protegido a los suyos, a sus corruptos. La defensa a ultranza del vicepresidente Jorge Glas no responde simplemente a un comportamiento ovejunoo a que la línea fuerte correísta se enfrente a la morenista: esta lucha representa la defensa de cada uno de ellos, de lo “ganado”, de su estatus de nuevos ricos. Toda la cúpula de Alianza País tiene algún grado de participación en los escándalos de corrupción, ya sea, por tener a cargo grandes proyectos de inversión, como en el caso de Glas con los sectores estratégicos, o por dirigir instituciones con jugosos presupuestos, o por el simple hecho de tener poder sobre las instituciones del Estado y haber sacado provecho.

Saltan a la vista quienes han hecho cabeza en la defensa del vicepresidente Glas. En primer lugar se encuentra Gabriela Rivadeneira, quien fue nombrada secretaria ejecutiva de Alianza País y por lo tanto tiene sobre sus hombros la tarea de sostener el “proyecto político” y un posible retorno de Rafael Correa;  luego sigue Marcela Aguiñaga, sobre quien pesa el conocido caso del “error de buena fe” en la compra de los terrenos del ISSFA y que en su momento trabajó por una candidatura de Glas a la Presidencia. También se destaca María José Carrión, presidenta de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, cuyo padre suscribió conjuntamente con la constructora Odebrecht el contrato para el Proyecto Toachi Pilatón y por último, pero no menos importante, Soledad Buendía, esposa de unos de los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que eligió para un nuevo período al ahora prófugo Carlos Pólit.

Seguramente a Lenín Moreno no le agrada la figura de Glas en su gobierno y quitárselo de encima sea una aspiración a mediano plazo, pero no poniendo en riesgo todo la estructura de Alianza País, con la que todavía gobierna. El juicio político a Glas, sin duda, se convertiría en el espacio para desnudar todo el engranaje de corrupción, no solo del vicepresidente sino del movimiento político que lo llevó al poder.  Y más allá de eso, que la división a lo interno de Alianza País se hiciera aún más evidente y que los correístas, morenistas y serranistas en medio juicio político sacaran los “trapitos” al sol, en una lucha descarnada por obtener más poder.

Pruebas contra Glas para iniciar un Juicio Político sobran.  Él fue encargado, vía Decreto Ejecutivo, de los sectores estratégicos y su tío, Ricardo Rivera fue acusado por la Fiscalía de haber recibido 13 millones de dólares en sobornos por parte de la empresa Odebrecht como pago por los contratos suscritos con el Ecuador. La Comisión Nacional Anticorrupción lo denunció ante la Fiscalía por el caso CAMINOSCA. Sin embargo, los argumentos para archivar el proceso de juicio político no pudieron ser más descabellados, sobre todo porque fue la aseveración de la propia empresa que supuestamente entregó sobornos, CAMINOSCA, al actual vicepresidente y al ministro de Electricidad de ese entonces, Esteban Albornoz, lo que permitió salvar a Glas, al señalar que las pruebas no fueron obtenidas legalmente. De ripley.

Frente a estos hechos que generan impunidad, existen diversos sectores y organizaciones sociales que están calentando motores y comienzan a manifestarse.  Sería imprudente por parte del régimen minimizarlos; lograron durante diez años salirse con la suya, en buena medida, gracias a la figura de Rafael Correa, quien persiguió y judicializó a quienes denunciaban la corrupción, generando temor y desidia en la ciudadanía.  Pero Correa ya no está, el tejido social se encuentra en franca regeneración y la llama puede encenderse en cualquier momento.

DEVENIR MADRE ECUATORIANA ¡Vaya camino sembrado de clavos oxidados!

Por María Belén Moncayo, Malcriada Total Producciones

Empezaré por reivindicar el inconmensurable amor y respeto que siento por mi hija Martina y por mi hijo Matías, a la vez que el rechazo rotundo al Premio de la Madre del Año.  Ese al que desde que naces mujer en el Ecuador, la sociedad entera se encarga de convertirlo en tu única meta de vida. Continúo esta introducción comentando que desde hace muchos años me he desempeñado como instructora de clases de maternidad y paternidad; labor que me ha permitido llegar con mis modestos conocimientos al encuentro de mujeres de diversas clases socio-económicas de Quito. Así como también, desde mi asidero de activista de Derechos Humanos, a mesas de trabajo donde junto a otras y otros profesionales en el tema de Salud Sexual y Reproductiva, propusimos ciertos cambios al Código Orgánico de la Salud  (COS); ante los asistentes de los asambleístas que componían -en aquel entonces, año 2014- la comisión de discusión de dicho Código. Actualmente y de cara a las imposiciones que se persiguen para las madres, desde el Registro Oficial del COS, se me antoja revisar el tema de la maternidad, desde la política del cuerpo y la conciencia de clase; en el ámbito público y privado.

Ese óxido de los clavos que presenta este texto proviene de un lugar común, tan conocido como repugnante:  el patriarcado.  Es así que las mujeres ecuatorianas que devienen madres -todas- deben seguir la senda cual equilibristas en la cuerda floja, para no engangrenar su ser con las imposiciones sociales:  el Estado, la familia, el médico, el jefe, el progenitor, el espacio público y la novelería; que podrían resumirse en esa frase que ilustra el imaginario favorito de ese machismo recalcitrante que busca la sumisión de la mujer en todos los componentes de la vida: “MALA MADRE”.

EL ESTADO
Pese a que la Constitución de la República garantiza en varios artículos que las mujeres pueden tener el tipo de parto que deseen, la violencia obstétrica campea de manera infrahumana en lo público;  porque si vas a parir en una maternidad que no corresponde al distrito en el que vives, empezarás a caminar en lo que se llama “El Corredor de la Muerte”.  Ese que produce vergonzosas cifras de muerte materna;  misma que felizmente ha sido combatida con la generosidad de los sueldos de los asambleístas, quienes tras este acto de benevolencia ya no podrán comprarse dos pulseras en Amazon, sino solo una ¡Mamiticos!  Pero si por el contrario lo que te lleva al hospital público es un aborto en curso, no es nada difícil que termines en la cárcel;  desde luego si eres pobre y negra…más bien será facilísimo. ¡Ah! Pero no faltarán los gobernantes misóginos que se crean con el derecho de decirte que no puedes dedicarte a la maternidad (como sinónimo de vagancia), sino que tienes que “estudiar” y “postergar tu vida sexual”.  Sí, esos mismos que te obligaron a recibir clases de religión católica en el colegio fiscal en el que estudiaste…Sí, esos, los que te hacían ver La Rosa de Guadalupe en su canal de TV; presentada por uno de sus ministerios.  Y pensar que la única asambleísta que hizo algo para erradicar estas cifras de muerte materna era Social Cristiana y las “feministas” agacharon la cabeza ante el patrón.  Eso sí, las buenas intenciones de la primera le llegaron hasta la despenalización del aborto nomás.   Pero como los que sabemos quieren hacernos creer que están escuchando a las organizaciones sociales, se les ocurre tomar cualquier propuesta al azar, para el caso que nos atañe, la reforma al COS que busca restringir la venta libre de sucedáneos de la leche materna;  sin que paralelamente haya una política pública integral, que propenda a beneficiar las condiciones laborales de las madres lactantes;  y peor aún, la posibilidad de que se elabore -en Yachay, por ejemplo- una fórmula nutritiva que sustituya de la mejor manera posible a la leche materna.  No, para nada. Su argumento puro, duro e irresponsable es:  “Fomentar la lactancia”.  Ante tanta magnanimidad solo cabe repetir la frase de la exvicepresidencia del Ecuador:  “¡Mija linda sonría!”…y no sea MALA MADRE.

LA FAMILIA
La familia conservadora ecuatoriana es también la cacareadora del estribillo: “Mala Madre”. Much@s lector@s estarán pensando que este texto adolece de lo mismo que pregona:  conciencia de clase, por el hecho de que afirmo en líneas superiores que TODAS las mujeres que devienen madres en el Ecuador están expuestas a la categorización de inútiles.  He dado clases de maternidad a mujeres jóvenes, blancas y millonarias a quienes sus familias las tratan como tales.  No solamente que las culpan por no tener leche en sus pechos y por no estar dispuestas a intentarlo una y otra vez, sino que además también les dicen:  “Mija linda sonría…no ve que es el fotógrafo de la Revista Cosas”. De hecho el solo intento de desmarcar a estas mujeres del este problema social, solo por el hecho de tener dinero; es también otro tipo de inconciencia de clase, de racismo y de exclusión. He dado clases también ha mujeres pauperizadas, de las periferias de Quito; a quienes sus familias -dada su corta edad y su numerosa prole- las consideran tontas y putas.

EL MÉDICO
Desde una muy incorrecta generalización me refiero al profesional de la salud que atiende a las mujeres embarazadas, desde el diminuto (estadísticamente hablando) lugar de enunciación de quienes han sido mis alumnas.  En el 99.9% de los casos, ellas han dado por hecho que lo que dice el médico, varón, no es discutible.  Asumen su diagnóstico como escrito en piedra.  Es más, muchas ni siquiera se plantean la posibilidad de tener una autonomía en el parto;  y no las culpo desde luego, cómo hacerlo en un imaginario donde la Constitución sirve para limpiarse la nariz.
Desde la voz hegemónica, la del director de un hospital privado de Quito, salió la respuesta a una entrevista hecha por una activista de Derechos Sexuales y Reproductivos:  “Mija linda, en este hospital no hacemos partos, solo hacemos cesáreas”.  Puedo imaginar su cara de asco, al referirse al “parto” como un fenómeno tercermundista, propio de indias sucias y pobres.
Las historias de violencia obstétrica, en hospitales públicos y privados, que me han sido compartidas por mis alumnas conllevan esa carga perversa de infantilización y maltrato físico y psicológico hacia las parturientas.  Expresiones como: “Señora quespues, no grite tanto, van a pensar que le estamos matando”, son completamente posibles.  Nuevamente el sinónimo de “¡Mija linda sonría!”

EL JEFE
Ese que no contrata mujeres jóvenes, casadas, porque si se embarazan hay que darles permiso de maternidad y de lactancia.  El mismo que contrata mujeres jóvenes, solteras; a quienes acosa sexualmente, muy probablemente las embarace;  pero como es casado, la chantajeará con despedirlas del empleo si no abortan. Ese digamos el bajo perfil y promedio.  Pero, en la esfera pública, hay también Alcaldes de Quito que se han golpeado el pecho por los derechos de la mujeres;  y sin embargo, varias empleadas municipales han sido despedidas de sus cargos por tomarse sus horas de lactancia o su permiso de maternidad.  Jefes para quienes el cuerpo femenino constituye un pedazo de carne del cual lo único que quieren ver es a una Mija linda sonriendo.

EL PROGENITOR
¡Vaya joyita! Los hay violadores de niñas de 10 años, hijas de sus amantes o sus nietas ¡vaya! Los hay torturadores de la mujer a quien han embarazado y someten a una nueva violación durante la gestación.  Hay también los que después de haber incurrido en una serie de comprobables violencias de diversa índole, por su linda cara (léase poder y dinero) se declaran víctimas que han perdido la custodia de sus hijos;  y arman grupos Facebook y van a llorar a la Asamblea Nacional. Desde luego a ellos les aguantan nomás el llanto.  Muy gay sería decirles “Mijo lindo sonría”.  Y qué me dicen de los que creen que porque la madre tiene un doctorado o trabaja fuera del país, está forrada de plata;  y por supuesto no le pasan un quinto de pensión a sus hijos.  Pensar que recién a finales del siglo XX, las mujeres pudimos ligarnos en el Ecuador sin el consentimiento del marido…¡Esperen! años atrás también del suegro. Indeed, herencias del siglo de las luces de García Moreno, que en la práctica social todavía se impone:  ¿No son acaso trilladas las frases de almuerzos dominicales como “Para cuándo el varoncito”, “Ya te estás atrasando”, “Bello fuera que tengan la parejita”?
Ese progenitor que cuando le nace una niña dice: “¡Ufff, para nomás de que se case!”, “Ufff, la chancletita”;  el mismo que por su varón va y compra en Amazon habanos Partagas o como mínimo una jaba de bielas.
Todos los demás, son los padres ecuatorianos; esos hombres feministas y comprometidos con una crianza libre y autónoma. Muchos de los cuales han sido mis alumnos y me han devuelto la fe en la humanidad.

EL ESPACIO PÚBLICO
La calle, las plazas, las revistas para mamás, la publicidad;  en el Ecuador, son la apología de “Mija linda, ahora que ya es madre…sonría”.  No hay capital de provincia del Ecuador que no tenga un monumento a la madre, muchos de estos con esculturas de mujeres gestando y rodeadas de una prole numerosa; acompañadas de loas de exaltación de la figura materna, como el epítome de la excelencia de los femenino. ¿Has visto alguna vez una portada de revista para madres con una mujer embarazada vomitando de puros estragos? No, no has visto. Como nunca has visto un comercial de TV, en el que una mujer hable sobre la autonomía y soberanía sobre su vida y su cuerpo;  para anunciar toallas sanitarias, por ejemplo.

LA NOVELERÍA
Le tengo tanto o más terror como a los antes mencionados. Con novelería me refiero a estos espacios papa frita, producto de la con-fusión de lo hipster, lo hippie, lo New Age, “el feminismo”, la cosmovisión andina, la ginecología natural y el yoga;  que brotan de la noche a la mañana, desde un total desconocimiento de lo que prometen y desde luego de una profunda inconciencia de clase.  Sí, lo digo yo, una instructora de Pre y Post Natal  Kundalini Yoga;  quien con conocimiento de causa ha visto cómo estos espacios improvisados, han caído en la misma exclusión que tanto imputan al patriarcado. Espacios que se asquean de que una mujer que trabaja 8 horas diarias (cuando no 14) se tome una pastilla alopática para no desmayarse del cólico menstrual en el trabajo;  y por el contrario esperan que tenga tiempo de hacer un ritual con su sangre. Grupos que se aterrorizan cuando esa misma madre necesita darle un biberón con leche de fórmula a su bebé y con una facilidad de palabra recomiendan: “Renuncia a tu trabajo”. Talleres donde señalan con el dedo a las mujeres que deciden ser madres solteras, donde no hay cabida siquiera para contemplar el hecho de que en el mundo real hay millones de mujeres que ha decidido no ser madres;  y qué decir de lesbianas adoptando o gestando hijos…¡El acabose!…Y ya con lo que voy a decir a continuación les voy a terminar de caer completamente mal:  resulta que aquellas alumnas mías que no han hecho tanta bomba del parto respetado, en agua;  con toda la parafernalia correcta, han dado a luz en condiciones no solamente de parto natural, sino que han sido alumbramientos poéticos. Por el contrario, ya he perdido la cuenta de aquellos casos en que las mujeres están obsesionadas (en el sentido peyorativo de la palabra) con tener un parto al más puro estilo Michel Odent, y terminan en labores de parto súper complicadas y cesáreas. La forma de nacer no puede ser una moda, tiene que ser un ser y un estar, en tú aquí, en tú ahora; siendo fiel solamente a tú verdad. No a la del Estado, no a la de la familia, no a la del médico, no a la del jefe, no a la del progenitor, no a la del espacio público. ¡Desmárcate de la novelería y sé la madre que puedas ser!

PENSIONES ALIMENTICIAS, UN DERECHO DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES

Por Pilar Rassa

Los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derechos y garantías los cuales son irrenunciables.  Entre estos derechos consta el de alimentos, el cual es “connatural a la relación parento filial y está relacionado con el derecho a la vida, la supervivencia y una vida digna, a la vez, esto  implica la garantía de proporcionar los recursos necesarios para la satisfacción de las necesidades básicas de los alimentarios[1].

En Ecuador, anualmente se tramitan miles de demandas por el pago de pensiones alimenticias. De acuerdo al Sistema Automático de Trámites Judiciales del Consejo de la Judicatura, desde enero hasta septiembre del 2016, ingresaron 47 409 causas por este tema y se han resuelto  67 905.  Esta diferencia entre causas recibidas y causas resueltas se explica porque existían causas represadas que ya fueron tramitadas. Según el ex Presidente Correa, están presos por incumplimiento al pago de pensiones alimenticias, 869 padres (Enlace 503).  Lo señalado nos muestra una realidad lacerante que afecta a madres, niños, niñas  y adolescentes.  Por ello es necesario el apremio para los alimentantes que no cumplan con sus obligaciones, ya que la falta de pago de alimentos por parte del progenitor alimentante, crea problemas de varios tipos y afecta el desarrollo de niñas, niños y adolescentes y el apremio cumple con la función de persuadir en el cumplimiento de las obligaciones parento filiales en cuanto a alimentos se refiere.  Eliminar esta figura legal que permite evitar que se incumpla con esta obligación, a mi criterio, sería muy grave.  Obviamente,  el apremio debe ser la última opción a aplicar en estos casos.  El  artículo 137 del Código Orgánico General de Procesos, COGEP, señala “cuando el progenitor obligado a pagar pensión alimenticia, incumpla el pago de dos o más pensiones alimenticias, a petición de parte, previa constatación mediante la certificación de la respectiva entidad financiera o del no pago,  se dispondrá el apremio personal hasta por treinta días y la prohibición de salida del país. En caso de reincidencia, el apremio personal se extenderá por sesenta días más y hasta por un máximo de ciento ochenta días”.   Es decir:

-Para que se pueda proceder a solicitar el apremio deben transcurrir más de 60 días de no pago

-Para que se dé tramite  transcurrirán no menos 30 días, luego de lo cual se procederá recién a la emisión del apremio, todo con conocimiento del demandado

-Para llegar a la detención pasarán al menos de 15 días más.  Como rápido transcurrirán 120 días para que el padre o la madre cumpla con su obligación de entregar los alimentos.  Mientras tanto, ¿quién vela en este tiempo por el bienestar del niño, niña o adolescente?, ¿qué pasa con la madre que tiene a su cargo los hijos y no tiene trabajo, con qué recursos los alimenta?

Si un alimentante está en situación de desempleo, el Estado tiene que asumir su responsabilidad.  Para ello debe ejecutar políticas públicas que precautelen el interés superior del niño,  niña y adolescente, debiendo crearse un fondo que cumpla con el derecho del alimentario.  No es solución pasar la responsabilidad a abuelos, hermanos o tíos que pueden estar en igual o peor situación que los padres.

Se habla de las mujeres que tienen hijos para recibir una pensión o de mujeres aprovechadoras que ven al padre de sus hijos como cajero automático.  Para desmontar estos prejuicios es necesario que revisemos algunos datos:

-En marzo del 2016, a nivel nacional, el 7,4% de las mujeres estuvo en situación de desempleo, mientras que para los  hombres el desempleo fue de 4,4% [3]

-Según datos del INEC, los hombres ganan más que las mujeres.  Estos datos muestran que existe una diferencia de $ 101,44 en el ingreso laboral promedio que recibe un hombre ($ 519,61) y el de una mujer ($ 418,17).  Tomemos en cuenta que estamos hablando de empleo pleno, pero como vimos, la mayoría de mujeres ecuatorianas, tiene un trabajo informal

-La tasa de empleo Adecuado/Pleno para los hombres es 14,8 puntos porcentuales mayor que la de las mujeres.[4]

-De las mujeres que están empleadas, más del 52% está en el mercado informal, según estadísticas publicadas en un estudio realizado por la Comisión de Género de la Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas (CCSA).   El resultado del trabajo en el sector informal, significa principalmente menos protección de derechos (salario mínimo, horarios) y no afiliación a la seguridad social

-De  4,3 millones de hogares, el 26,4% (1,1 millones)[2] corresponde a jefas del hogar. Es decir,  son mujeres las que mantienen económicamente a sus familias, son ellas las que mantienen sus hogares.  Muchas de ellas nunca han recibido ni reciben pensión alimenticia.

-En Ecuador, las mujeres aumentamos al menos 4 y media horas diarias  a nuestra jornada laboral por tareas no remuneradas del hogar. Por lo cual, señalamos que a pesar de las disposiciones constitucionales, en la práctica, no se reconoce que las tareas domésticas y de cuidado son un trabajo.

Por otro lado, es necesario transparentar montos:

-El mínimo que el alimentante debe aportar por un hijo en el primer  nivel de la tabla es de $105,45

-Si tiene dos hijos, $148,77

-Si los hijos son en dos madres diferentes, este valor se divide para dos, lo cual quiere decir que la madre debe mantener a su hijo con $74,45  y si los hijos son con tres madres diferentes, cada uno recibe $65,22.

Según datos periodísticos [5], el 31.5% de las pensiones alimenticias son menores a $100 y las estadísticas muestran lo siguiente:

Rango                           % de pensiones que aplican
Hasta $ 50                                 2,9
De $51        a  $ 100               28,63
De $ 101     a  $ 200               53,56
De $ 201    a  $ 300                   9,1
De $301     a  $ 600                  4,52
De $601     a  $ 1.000               0,82
De $1.001 a  $ 7.000               0,46
Mayores de $ 7.000                0,01

Se está popularizando el criterio que las madres no aportamos a la manutención de nuestros hijos o hijas.  Está afirmación está totalmente alejada de la realidad, pues como se puede colegir de la simple lectura del análisis de la tabla que consta en el párrafo precedente,  las madres aportamos en la manutención no solo con el cuidado sino con recursos efectivos, pues con $35, $50 o $100  no vive un niño en este país.

Otras cifras alarmantes que también se relacionan con los temas que estamos tratando:  de acuerdo al análisis de resultados de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres realizado en noviembre de 2011,  379.098 mujeres de 15 años o más, declaran haber sido víctimas de violación.  Los datos sobre los responsables de la violación sexual, muestran que  ocurre, principalmente, en el ámbito familiar. En el Ecuador 3.684 niñas de entre 12 y 14 años, fueron víctimas de violencia sexual y muchas de ellas se quedaron embarazadas.  Estas mujeres y niñas, como resultado de violencia sexual, se ven obligadas a cambiar su proyecto de vida y dedicarse a trabajar para mantener a sus hijos o hijas que engendraron  producto de la violación.  La mayoría de ellas nunca tendrá la posibilidad de seguir un juicio de alimentos, tomando en cuenta  además, que en la mayor parte de casos, los perpetradores sexuales son parte de su entorno familiar.  Esta es una realidad que no se debe  ni se puede ocultar y que no está relacionada a credos religiosos ni a sesgos ideológicos, sino que se trata de algo tan simple y tan llano y que debería cobijar a todos los seres humanos:  sus derechos.

Por lo señalado, es necesario tratar el tema libre de prejuicios o apasionamientos, poniendo en primer lugar el interés superior de niños, niñas y adolescentes.  Si existen reformas,  no pueden ser regresivas, por lo que no pueden significar disminuir el monto de alimentación y deben ser vistas  desde la corresponsabilidad de padres, madres y  Estado.

Aclaración al 21 de julio del 2017:

La Corte Constitucional resolvió modificar y declarar inconstitucional el primer inciso del artículo 137 del Código Orgánico General de Procesos (COGEP). La Corte dispuso reemplazar de forma inmediata la disposición sobre el apremio personal (hasta que la Asamblea Nacional regule el asunto definitivamente). La sentencia dispone que antes de tomar cualquier decisión se deberá llamar a una audiencia para que el juez o jueza resuelva sobre la medida que se va a cumplir por parte del alimentante o deudor. Pero esto se aplica únicamente si se comprueba que la falta de pago obedece a que el alimentante no cuenta con una actividad laboral o económica, es una persona con discapacidad o sufre una enfermedad catastrófica. En esos casos, el juez dispondrá de las siguientes medidas: la celebración de un compromiso de pago para cancelar lo adeudado, el apremio parcial (prisión en horario nocturno) o el uso de un dispositivo de vigilancia electrónica durante 30 días.

Otras fuentes http://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-madre-negocios-mama-mujer.html.  Encuesta de Condiciones de Vida marzo 2015 ;Censo 2010; Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra  las mujeres 2011 del INEC

[1] Código de la Niñez y Adolescencia. CAPITULO I Derecho de alimentos. Artículo 2

[2]  http://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Infografias/mujer-info001.pdf

[3] http://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/EMPLEO/2016/Marzo-2016/Presentacion%20Empleo_0316.pdf

[4] http://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/EMPLEO/2016/Marzo-2016/Presentacion%20Empleo_0316.pdf

[5] http://www.eluniverso.com/noticias/2017/05/07/nota/6170518/315-pensiones-son-menores-100

El dibujo que acompaña este análisis apareció originalmente en https://revistadetournement.wordpress.com/2013/04/24/pintura-purepecha-contemporanea-hecha-por-ninos/