Rogelio Tuquerrez: «confeccionar guitarras requiere conocimiento y paciencia»

Por Alicia Galarraga

Rogelio Tuquerrez es uno de los treinta ebanistas que quedan en Quito y confeccionan instrumentos de cuerda de forma artesanal. Rogelio, según sus propias palabras, comenzó en este oficio por casualidad. Hace treinta y cinco años, durante su adolescencia, se inició como ayudante de carpintería y posteriormente ingresó de aprendiz en uno de los talleres más grandes y reconocidos de la época, Guitarras Núñez, ubicado en las inmediaciones del río Machángara en el sur de Quito.

Rogelio cuida la calidad de sus creaciones desde el momento que selecciona la materia prima. La mejor madera para elaborar estos instrumentos musicales proviene de árboles como el nogal, capulí y pino importado; posteriormente, la madera seleccionada debe pasar por un proceso de secado para lo que se utilizan hornos especiales.

Para elaborar sus guitarras, a más de la excelente calidad de las materias primas, Rogelio no escatima tiempo en cuidar el más mínimo detalle durante su elaboración. Del riguroso cuidado que pone en todo el proceso, depende el resultado final que se traduce en productos que se caracterizan por su sonido y presentación impecables.

El taller de Rogelio Tuquerrez está ubicado en las inmediaciones de la Plaza de Santo Domingo, en la calle Rocafuerte. A Rogelio le preocupa el abandono de las autoridades a esta y todas las zonas del centro histórico. A pesar de ser parte del patrimonio inmaterial de Quito, el local de Rogelio está rodeado de indigentes y prostitutas, lo cual dificulta la afluencia de clientes.

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