Esconder la opacidad en clasismo y racismo

Mayo del 2019: Jorge Yunda y Santiago Guarderas. Fotgrafía tomada de Flirck

Jorge Yunda no acepta sus responsabilidades administrativas. Pese a que sus acciones y omisiones abrieron el camino para su remoción de la Alcaldía de Quito.

Prefiere echar mano al clasismo y racismo. Según Yunda, no ha podido trabajar tranquilo, no ha podido trabajar en paz porque «siempre ha habido esa resistencia a que una persona del pueblo haya optado por un cargo de elección popular”.  Estas declaraciones las hizo en Radio Pichincha Universa, al día siguiente de ser removido de la Alcaldía de Quito.

La abogada Carolina Moreno no lo cree así. Junto a colega patrocinadora, Jessica Jaramillo, demostraron que Yunda incurrió en seis incumplimientos:

En una entrevista concedida a Alicia Galárraga, la doctora Moreno detalla cuáles fueron los seis incumplimientos que terminaron con la remoción de Yunda de la Alcaldía.

Si el funcionario es de origen popular, «¿que robe nomás?»

¿Este es el mensaje subliminal que Yunda desea posicionar?

¡Qué peligroso para la lucha contra la corrupción y la democracía!

El centro histórico de Quito agoniza

Fotos, textos y audio: Alicia Galarraga

Calle Benalcázar, a pocos metros de llegar a la Plaza de San Franciso. A pesar un martes a las 11:00, se aprecia poca concurrencia.

Es la mañana de un martes de enero del 2021 y el centro histórico de Quito luce casi desolado. Según un informante que pide de forma expresa que se mantenga su nombre en reserva, todo es parte de un plan macabro que se conoce como gentrificación.

La gentrificación devalúa el valor de los inmuebles de un sector de una determinada ciudad para, en lo posterior, comercializarlos a valores irrisorios. Quienes los compran, por lo general pertenecen a grandes grupos económicos y en ellos instalan cadenas de hoteles internacionales o franquicias. Se puede mecionar a Bogotá, Medellín, Sao Paulo, Barcelona y Oporto como ejemplos de ciudades cuyos centros históricos han sido presas de la gentrificación.

Volviendo a la realidad del centro histórico de Quito, en la Benalcázar, por ejemplo, sacerdotes jesuítas pidieron a arrendatarios de décadas que desocupen los locales del inmueble que se aprecia en la foto superior. Esto sucedió hace seis años. En estos locales funcionaban una peluquería, un local de fabricación de piñatas de forma artesanal y un café donde se vendían quesadillas, quimbolitos, cafés, chocolates y humitas. La comunidad religiosa pidió la desocupación para instalar locales destinados al turismo.

¿No son atractivos turísticos una peluquería como las de antaño, una piñatería artesanal y una cafetería tradicional? En el interior de este inmueble, además, está previsto instalar un hotel de una cadena internacional. Han pasado seis años y nada de esto ha sucedido. Los locales están abandonados y por la calle Benalcázar casi no transita nadie.

Uno de los pocos locales que sobrevive a esta vorágine es el Restaurant San Francisco.

Restaurant San Fancisco. Se observa la fotogría de los fundadores. Data de 1958.

Este rincón icónico fue fundado en 1958. A pesar de las continuas visitas del Municipio de Quito, que más parecen acoso, la señora Juanita Zambrano, hija de los fundadores originales, sigue atendiendo a los clientes que llegan al lugar. Este sitio tradicional y emblemático pasó de tener diez empleados a funcionar con dos en la actualidad.

Interiores del Restaurant San Franciso cuyo funcionamiento data de 1958,

A continuación, una entrevista de la propietaria del local donde relata los inconvenientes que afronta por la peatonización y la ciclovía. Este capricho de las autoridades del Municipio de Quito le obliga a ella, como residente, a «rodear» cuadras y cuadras para llegar hasta su vivienda. También se refiere al acoso que realizan funcionarios municipales y cómo han bajado las ventas. No solo por la pandemia sino por la falta de planificación y el abandono por parte de las autoridades municipales.

De forma continua, los comerciantes formales del sector presionan por soluciones que les permitan mantener sus negocios. Muchos de ellos, como Pollos San Francisco, están por décadas en el centro histórico de Quito y se constituyen en patrimonio intangible de la ciudad.

En sus calles, casonas, piedras y recovecos se guardan memorias, sueños, recuerdos. Sitios emblemáticos ya han desaparecido. Otros, correrán la misma suerte si no se toman medidas.